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jueves, 4 de febrero de 2016

Guion: Domingo VII del Tiempo Ordinario


Juan Pablo II visita en la cárcel a Alí Agka, su agresor


Formulario de Misa: ver aquí.


Ciclo C

Introducción

El Dios de todo consuelo, que jamás se desentiende de sus hijos, nos ha invitado nuevamente a la Mesa sagrada, que a la vez es el ara en la que se renueva el Sacrificio de su Hijo, realizado de una vez y para siempre.

Demos gracias a este Padre bendito por concedernos el privilegio de ser miembros de la gran familia de la Iglesia, el Hogar en el que nadie se siente solo y donde todos encuentran consuelo, afecto y protección.



Primera lectura: I Sam. 26, 2. 7-9. 12-13. 22-23

La vida humana, surgida de las manos del Creador, es para Él un don precioso del cual a nadie, por ninguna circunstancia, le es lícito disponer.

Segunda lectura: I Cor. 15, 45-49

En la Persona desde siempre Divina, y a partir de la Encarnación del Hijo de Dios, nuevo Adán, el hombre terrenal llega a ser hombre espiritual.

Evangelio: Lc. 6, 27-38

Con el mandamiento del amor, que no conoce excepciones, nuestro Señor Jesucristo lleva a su perfección la ley mosaica y establece la fraternidad universal por la que todos los hijos de Dios tienen la misma dignidad.


Oración de los fieles

Las siguientes preces, con algunas adaptaciones, son las empleadas en la Misa papal de la Epifanía del Señor, el 6 de enero de 2016:

R. Vuélvenos tu Rostro, Dios compasivo y misericordioso.

-Oremos por el Sumo Pontífice N y por todos los obispos de la Iglesia.

+El Señor, que los ha constituido pastores de su pueblo, los haga pregoneros valientes y dulces del Evangelio que salva. R.

-Oremos por los legisladores.

+El Señor, que conduce la historia a su verdadero cumplimiento, los oriente en la búsqueda del bien auténtico de las naciones y de toda persona. R.

-Oremos por los emigrantes e itinerantes.

+El Señor, que cuida de todo hombre, mande al Ángel celestial a velar sus pasos y suscite en los hermanos, gestos de acogida y cordialidad. R.

-Oremos por los hombres de cultura y de ciencia.

+El Señor, que se muestra a quien lo busca con sincero corazón, los atraiga con su belleza y los consuele con el don de la verdad. R.

-Oremos por los cristianos.

+El Señor, que los ha engendrado como hijos en el Hijo, los haga verdaderos adoradores de su Nombre y testigos creíbles de su amor. R.

A continuación, se propone como otra oración conclusiva de las preces, una colecta alternativa a la de este domingo, tomada de la edición italiana del Misal Romano y traducida al castellano. Se reemplaza la conclusión trinitaria larga, propia de toda colecta, por la breve, típica de las demás oraciones litúrgicas:

"Padre clementísimo, que en tu Hijo Unigénito, nos revelas el amor gratuito y universal, danos un corazón nuevo, para que seamos capaces de amar incluso a nuestros enemigos, y de bendecir a los que nos han hecho daño. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén".


Ofertorio

Llevamos al Altar los dones de pan y vino para ofrecer el Sacrificio por el que Dios, como dice el salmo que hemos escuchado, "perdona nuestras culpas, cura nuestras enfermedades, rescata nuestra vida del abismo y nos colma de gracia y de ternura".


Comunión

El Padre Celestial siente ternura por nosotros, y por eso, nos entrega como Alimento la Carne y la Sangre de su Hijo. Este ha sido el Precio de nuestra redención.


Despedida

Confiados en el Señor, que ha prometido el premio de la vida eterna a los que aman a sus enemigos, nos retiramos del templo pidiendo a Dios que nos dé la sabiduría necesaria para llevar a cabo sus mandatos.


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